Hace poco estuve en un conocido restaurante de comida rápida a las afueras de Milán. Fui a la barra a pedir la comida, pero me dijeron que la única forma de hacer el pedido era a través de unas pantallas táctiles de gran tamaño que estaban a la entrada. El sistema me ofreció un servicio sencillo y rápido. Aunque no había mucho personal en la barra, me ofrecieron una opción de llevarme el pedido a la mesa. Ya en España a los pocos meses, cerca de casa, coincidió que también compre unas entradas de cine en una pantalla interactiva de gran formato.
En los sectores del ocio y servicios el 5 G, la nube, la inteligencia artificial o las pantallas de gran formato LFD están revolucionando la forma de comprar y la experiencia de cliente. Las pantallas interactivas se vienen utilizando desde hace años, pero es ahora cuando se están implantando de forma masiva.
En el sector tecnológico se ha llegado a un nivel que está permitiendo ir muy rápido en aparecer nuevas herramientas. Son herramientas que han evolucionado en 40 años de forma exponencial. En el caso de las pantallas interactivas las tecnologías que han coincidido su maduración son las tecnologías LED, las Pantalla táctil o el 5G. En este caso, para que su uso sea de forma masiva se han tenido que combinar: Internet, la tecnología táctil y las tecnologías LCD o LED más avanzadas.
Estos avances que han eclosionado esta década son inventos de hace muchos años. Muchas de las innovaciones tecnológicas que utilizamos de forma generalizada aparecieron el siglo pasado. Una tecnología sola, por muy avanzada que sea, no es suficiente para que ciertos trabajos o servicios se puedan automatizar.
Según algunos expertos hay 5 tecnologías importantes que debemos seguir. Aunque ya existen, juntas o combinadas pueden mejorar la mayoría de los productos o servicios. Se estima que para 2020 estén todas operativas de forma generalizada: La nube, 5G, Blockchain, machine learning, realidad virtual…
Las pantallas LED de gran formato actualmente pueden valer hasta 3 veces más que las pantallas que no son interactivas y la tendencia es a que gracias a las economías de escala los precios de su producción también bajen.
Aunque la interfaz electrónica táctil fue un invento de George Samuel en 1971, la primera pantalla táctil se comenzó a desarrollar en los años sesenta. Los expertos atribuyen la primera pantalla táctil al británico E.A. Johnson. Cuando después de varias décadas expiro la patente de la pantalla táctil, su uso también se popularizo. Ahora estos avances se aplican masivamente en TPVs en hostelería, en pantallas de control de maquinaria en industria o en navegadores, PDAs y teléfonos inteligentes.
Ventajas para el usuario
Rapidez. Este tipo de pantallas ayudan a reducir las colas en establecimientos de ocio, hostelería y más adelante los veremos ampliamente en supermercados o tiendas de consumo. Es curioso observar que unas pantallas que antes se utilizaban solo para ver TV ahora inundan diferentes tipos de espacios comerciales y sitios públicos.
Información más precisa y atractiva en pantallas de gran formato. Frente a las pantallas de ordenador o móvil la resolución en las pantallas de gran formato permite una experiencia de mejor calidad. Por ejemplo, las obras de arte que vemos en estos formatos adquieren nuevas funcionalidades y prestaciones. Las LFD se utilizan para comprar, encontrar información en hoteles y centros culturales o como soporte publicitario en espacios urbanos.
Ventajas para las compañías
Mejora la experiencia de cliente. La opción de comprar a través de una pantalla se convierte en una experiencia agradable y moderna. Sin el estrés de las prisas, el cliente puede tener una información más completa. El usuario puede elegir tranquilamente un asiento en un espectáculo o ver las imágenes de los menús que aparecen en los restaurantes.
Big data
Con el uso de las pantallas interactivas o LFD las empresas pueden utilizar los datos que quedan almacenados. Estos datos, junto a la utilización del machine learning, sirven para tener un conocimiento más amplio de los consumidores y ofrecerles un servicio o producto con mayor valor añadido.
Compra en espacio físico vs compra online.
Los negocios que utilizan sus espacios físicos necesitan de herramientas tecnológicas que puedan competir con las ventajas de las grandes compañías que emplean solo los medios online.
Un ejemplo práctico de la ayuda de la tecnología LED la podemos ver en el caso de una tienda de moda en Tokio. Según publicó CibBilbao.com, se trata de un perchero conectado. Al descolgar la percha, aporta información de la prenda en una pantalla colocada justo encima. El monitor, entre otras cosas, muestra imágenes de un modelo con la prenda puesta.
Otro caso interesante de utilización de las pantallas interactivas se puede ver implementada en la biblioteca pública del estado de Midland. Según el magazine digital AV, la biblioteca se modernizó con el objetivo de ofrecer a sus usuarios una experiencia más interactiva.
Como en otros muchos sectores, al analizar las tecnologías que necesitan las empresas, es importante valorar en que época de maduración están actualmente. Tal vez una tecnología recién lanzada no sea la mejor opción para invertir en ellas. En cambio, una tecnología ya muy madura, por lógica, será de un uso más masivo y posiblemente la competencia se estará beneficiando de estas mejoras.
Cajeros automáticos
Es lógico que exista preocupación por el posible impacto en el empleo de las nuevas herramientas tecnológicas. Existen ejemplos como el de los cajeros automáticos, funcionando desde el siglo pasado.
En 1967 se instaló el primero en la sucursal del Barclays Bank en Londres. Aunque al principio se pudo pensar que iba a suprimir puestos de trabajo, con el tiempo, sin embargo, hemos visto que ese miedo no era acertado. Los cajeros automáticos sí que han ayudado a mejorar la experiencia de cliente en las oficinas bancarias.
En los casos de los restaurantes, en los comercios o en los establecimientos de ocio, aunque se puede pensar que las pantallas LFD suprimirán mano de obra, el propósito final, además de una mejor experiencia de cliente, es el de sustituir tareas monótonas o reducir costes. Nos podemos imaginar un mundo utilizando el comercio electrónico para hacer la mayoría de las compras. Ahora también podemos pensar en las posibilidades que pueden aportar otras herramientas en servicios off line. En un futuro próximo, veremos como en las tiendas o supermercados las personas utilizan las pantallas de gran formato y mientras esperan tomando un café, un robot les preparara el pedido y muy rápido se lo acercaran a la mesa o cómodamente se lo subirán al maletero del coche.